Las telecomunicaciones nos hacen día a día personas más tecnológicamente dispuestas y hoy por hoy somos la viva imagen (y más allá) de las películas de ciencia ficción, en las que toda acción humana se desencadenaba a partir de un botón y desde la comodidad de un asiento.
Pareciese ser que esa comodidad que nos brinda la virtualidad va en contra de las normas de la buena educación que nos enseñaron nuestros padres cuando por ejemplo nos insistían en frases como «cuando alguien habla se le mira y se le escucha”.
Aquí les presentamos el decálogo para el buen uso de los dispositivos móviles.
- – Siempre ten en cuenta a quién vas a molestar a la hora de usar tu iluminado y a veces ruidoso celular. Recuerda que incluso para el uso de tu celular debe haber reglas en las que tiene un peso preponderante ser considerados con las personas que nos rodean.
- – En reuniones (especialmente si son laborales) pon en modo silencio tu celular y mételo en el bolsillo, si es una tableta, déjala encima de la mesa solo si la estás usando como libreta de apuntes y, por ningún motivo textees o revises tus redes sociales o correos electrónicos.
- – Pide permiso: Si es inevitable que atiendas una llamada, debes pedir disculpas y explicar que tomarás una llamada muy importante. En lo posible no lo hagas, y menos si tienes un cargo alto, recuerda que tú das el ejemplo.
- – No es muy bien visto —o mejor, escuchado— que hables por tu celular mientras vas al baño. Hay lugares en los que se debe mantener un grado de relajación y tu voz no contribuye a ello.
- – No lo pongas encima de la mesa. María Correa, psicóloga de la Universidad del Rosario nos dice que a menudo exteriorizamos un complejo materialista en el que, indirectamente, creemos que nos da un grado más de estatus el hacer alarde de la tecnología móvil que tenemos a nuestra disposición.
- – No es tan interesante. Andrea Bartz, bloguera (de http://stuffhipstershate.tumblr.com) dice que el tiempo libre que te queda en un ascensor, en una fila y mientras cambia el semáforo lo puedes usar para hablarle a alguien o para intentar ser creativo. No todos los momentos de ocio deben llenarse con la vida virtual.
- – El texto nos ha hecho temerosos de hablar: como cuando antes de entrar a un lugar tocamos la puerta, así debe ser la comunicación, primero familiarízate con las personas por medio del diálogo y después sí cruza mensajes con ellas. De lo contrario podrías estar pasando por mal educado y antipático.
- – Alcohol y multimedia, qué mala combinación. “No es muy recomendable para tu buena reputación y la de tus amigos”, afirma Brenna Ehrlich, también humorista norteamericana. Que escribas, grabes o fotografíes confidencias que se desarrollan en la intimidad de un encuentro con tu círculo social más íntimo, no garantiza que puedas mantener una relación respetuosa con tus allegados.
- – Escribir mensajes de texto mientras caminas. No solo pones en peligro tu integridad al no ver por dónde caminas (ya habrás visto el caso de la mujer que se fue a una fuente de agua en un centro comercial de EE.UU.), sino también la de los demás, que no están exentos de que te estrelles con ellos, los pises o les ignores.
- – No te escondas detrás de una chat. Los expertos en clima organizacional recomiendan nunca suponer el tono en la que la contraparte se está expresando. Si hay algún malentendido, y los ánimos se caldean, lo mejor es tomar el teléfono o el diálogo cara a cara.